Antonio Gasalla le dedicó su vida al espectáculo, hizo grandes éxitos teatrales, televisivos y en cine que lo inmortalizaron en el inconciente colectivo pero además, le permitieron vivir económicamente bien. El capocómico invirtió su dinero en propiedades pero tras su muerte, la familia encontró sólo cinco mil pesos en una cuenta bancaria. 

El encargado de llevar adelante el trámite legal es el abogado Mario Raskovsky, quien confirmó que el principal heredero será Carlos Gasalla, único hermano del actor, junto con sus sobrinos. A lo largo de su vida, Antonio había mantenido un vínculo muy estrecho con su familia, lo que facilita el proceso en términos afectivos y legales.

Entre los bienes que integran el patrimonio de Gasalla, figuran un exclusivo departamento en Recoleta, valiosas piezas de arte y antigüedades, además de dos inmuebles en la calle Uriburu, cuyos alquileres generan ingresos. También hay derechos por las repeticiones de sus programas televisivos, que se gestionan a través de Argentores y la Asociación Argentina de Actores.

Sin embargo, una de sus obras más icónicas, “Esperando la carroza”, no forma parte del legado económico, ya que los derechos de autor pertenecen al dramaturgo Jacobo Langsner, pese a que el personaje de Mamá Cora quedó inseparablemente asociado a Gasalla.

“Todos los objetos del hogar permanecen intactos, y no hay enfrentamientos por los bienes”, aseguró Raskovsky. También aclaró que, contrariamente a lo que se supone en casos de figuras públicas, “no hay una gran fortuna por repartir”. Durante los últimos años de internación médica, los gastos fueron cubiertos parcialmente por la prepaga, pero hubo costos adicionales que la familia afrontó de forma directa. En cuanto a los activos líquidos, el abogado precisó que “en la cuenta bancaria casi no había fondos, y solo se hallaron $5.000 en efectivo”.

En los últimos años de vida de Gasalla, su entorno denunció que una mujer —cuya identidad no fue revelada públicamente— se instaló en su vivienda y lo aisló completamente de su familia. Según Raskovsky, el actor se encontraba en un estado de vulnerabilidad extrema, sin plena conciencia de lo que ocurría a su alrededor.

“Esta mujer despojó a la familia de la posibilidad de contacto con Antonio. No sabía quién era. No tenía capacidad de defenderse, y lo único que pudo hacer su familia fue recurrir a la Justicia”, afirmó el letrado.