Como un Mundial para un jugador de fútbol. Eso es para Roberto Sukerman la reforma constitucional y la posibilidad de ser protagonista de ese proceso histórico para Santa Fe como convencional constituyente. Pura lógica: se trata de un abogado constitucionalista desde hace casi 30 años, profesor concursado de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la UNR –de los pocos colegas suyos que también se postulan es el único que proviene de esa casa de estudios– y también un apasionado de la política. Algo que, entiende, le permite conjugar, en una instancia como esta, teoría y práctica.

Sukerman encabeza la lista de candidatos a convencionales que disputarán las elecciones de este 13 de abril del partido Pais. Es decir, va por fuera del PJ, agrupación por la que fue dos veces concejal y tres veces candidato a intendente. En su currículum también hay que anotar que, justamente convocado por su condición de abogado constitucionalista, fue asesor en la Cámara de Diputados de la Nación, titular de la Ansés Rosario y ministro de Trabajo y de Gobierno de la provincia.

Si bien también es precandidato a concejal –de lo poco que dijo sobe el tema es que el nivel actual del debate de los ediles de Rosaio "es lamentable"–, en su campaña de cara al 13 de abril el foco principal lo tiene puesto en el histórico proceso constituyente. De cara al mismo, planteó 60 compromisos para llevar a la Convención, con una convicción que expuso en esta entrevista con Rosario3: “La Constitución tiene que ser la Biblia del ciudadano”. 

—¿Es un capital importante de cara a la Convención ser abogado constitucionalista y a la vez tener experiencia política?

—Sí, porque la técnica está subordinada a la política. Las decisiones son políticas. Entonces, juntar las dos cosas tiene un valor. No es lo mismo que ser un teórico del Derecho Constitucional sin experiencia en el Estado, sin experiencia de gestión. Para mí entrar de convencional sería como que me convoquen a jugar un Mundial.

—¿Por qué va por fuera del PJ?

—Ir dentro del Partido Justicialista, que es algo que me ofrecieron, hubiera sido hacer la cómoda. Yo soy muy crítico de la conducción partidaria y de cómo viene tomando las decisiones. Y sé que no iba a tener posibilidad de ningún debate ahí adentro, porque de hecho no lo hubo. Yo no voy a ir a un armado político sin debate y además necesito poder expresarme libremente, que es lo que privilegié. Advertí en 2024 que había que abrir un debate, renovar, tener un proyecto. El PJ no tiene un proyecto. ¿Cuál es el candidato a gobernador del PJ para 2027? ¿Cuál es el plan para la provincia? Trajeron a alguien (Juan Monteverde) que viene de afuera y que su plan es ser candidato a intendente de Rosario.

—¿Cuál debería ser el plan?

—El plan tiene que ser justamente generar un cimbronazo, un debate. Yo lo que justamente hago es decir: hay más de 40 temas para reformar en la Constitución. Sobre esos más de 40 temas yo estoy haciendo una campaña con 60 compromisos y podrían ser 80. 

—¿Y está conforme con los temas que habilitó la ley de necesidad de la reforma?

—Soy crítico sobre lo que no se va a poder discutir, como por ejemplo la representación territorial. La Libertad Avanza miente diciendo que va a eliminar el Senado, pues no se va a poder plantear. Ahora, hay muchísimos temas que son realmente muy importante y temas que pueden ser una caja de Pandora. Vos tenés un punto que es revisar las atribuciones del Poder Ejecutivo, otro que es revisar la atribución del Poder Legislativo. Entonces, es realmente un hecho trascendente la reforma constitucional. La estrategia del oficialismo es que no se hable de esos temas. ¿Cuál es la estrategia del resto? Yo he escuchado candidatos lamentarse porque el gobierno no hace una campaña de difusión. ¿Y vos qué hacés como candidato? Yo hago una campaña de difusión porque en mis 60 compromisos estoy hablando de todos los temas de la reforma constitucional. 

—¿Le hubiera gustado discutir la representación territorial?

—Sí, porque Santa Fe tiene que mejorar su representación territorial. No podemos seguir teniendo un senador por departamento como tenemos, que son jeques árabes, que son patrones de estancia, donde excepcionalmente termina ingresando una mujer. Y que encima tengan reelección indefinida. Entonces, digo, no hay pluralidad de voces y además la representación territorial de la provincia es absolutamente disímil. Vos tenés el departamento Vera que tiene las dimensiones la provincia de Tucumán y tenés el departamento Garay que recién ahora tiene el primer municipio, eran todas comunas. Tenés el departamento Belgrano que tiene seis localidades, tres municipios y tres comunas, y el departamento San Lorenzo, que es una banana que bordea Rosario que ¿A quién se le ocurrió en su momento hacer un departamento que tenga esa característica? Yo creo que todo eso se podía discutir de distintas maneras. Incluso si tenemos que seguir teniendo los actuales 19 departamentos o dividirlos de otra manera. 

—¿En ese sentido estamos ante una oportunidad perdida? 

—Sí, y es por conservadurismo de los senadores, que claramente no quisieron votar una ley de necesidad de la reforma que permitiera a la ciudadanía discutir esas cosas. Seguramente los senadores dijeron: "Bueno, hagamos la reforma constitucional, pero a nosotros no nos toquen”. Lo único que sí se le toca es la reelección indefinida. 

—Al mismo tiempo la reforma se nota que lo entusiasma. ¿Por qué?

—Porque se hace después de 63 años. Son muchas generaciones las que pasaron hasta tener una oportunidad como esta y cuando uno tiene la posibilidad de reformar la Constitución no es una hoja de papel. Muchos quieren que las constituciones sean hojas de papel. Pero la Constitución tiene que ser algo vivo. La Constitución tiene que ser la Biblia del ciudadano. O sea, la Constitución tiene que ser el recurso para un ciudadano cuando están violando sus derechos, cuando hay atropellos del poder. Porque si no hubiese Constitución no habría límites al poder. Es una ley suprema que está por encima de otras leyes y eso da estabilidad. Una Constitución es un contrato social, un acuerdo, un consenso que se genera en un lugar determinado, en un momento determinado, que puede tener cosas que se están haciendo y se consolidan o puede tener cosas pensadas a futuro que no se están haciendo y que se pueden hacer como proyecto de provincia.

—Ahora, desde la oposición muchos plantean que esta es una reforma de la política para la política y que incluso el oficialismo solo la propuso para obtener la posibilidad de la reelección del gobernador Pullaro. ¿Como se hace para que efectivamente la Constitución sea la Biblia del ciudadano como dijo antes?

— Yo estoy publicitando 60 compromisos. Cada uno de esos compromisos refleja una posición política que se tiene que plasmar en una norma jurídica. Por eso digo que esto es técnico y es político. Yo estoy diciendo que los Tribunales funcionen todo el año. Hoy tienen una feria en enero, una feria a mitad de año. Ahí hay una postura política. Planteo que el defensor del Pueblo lo tiene que elegir la oposición porque si no lo pone el gobernador y pone a sus amigos, y el defensor del Pueblo controla al Ejecutivo. Digo que la Legislatura tiene que funcionar todo el año. Que necesitamos una banca pública que no tenemos. En definitiva, lo que uno está planteando es un plan de gobierno. Cuando uno discute una Constitución discute un plan de gobierno. O un plan de provincia. Pero que se tiene que ejecutar. Porque en definitiva la Constitución se tiene que ejecutar con acciones, con políticas públicas, más allá del signo político del gobierno de turno. Entonces, es un plan de gobierno de la sociedad. 

—Un plan de políticas de Estado. 

—Claro, exactamente, es lo que la sociedad decide a futuro, hacia dónde tiene que ir la provincia. Por ejemplo, para mencionar algunas problemáticas: hoy la salud pública no da respuesta a la salud mental, a las adicciones, los consumos problemáticos, a la salud bucal, a la salud visual. Bueno, yo digo: "Che, mira, el Estado tiene que llevar adelante esa política pública”. Después si la lleva adelante o no la lleva adelante, es otra cosa. Ahora, si logro poner en la Constitución determinadas cosas, es una garantía mayor de que esas cosas se puedan llevar adelante. No es mágica. Pero la Constitución es un punto de partida, no un punto de llegada. Es a partir de la Constitución que vos tenés la posibilidad de llevar adelante un plan de gobierno. Yo digo: Educación desde los 3 años obligatoria, no desde los 4, como dice Nación. Y que hay que fortalecer la escuela técnica porque necesitamos que los chicos salgan con una formación profesional, que salgan capacitados para el mundo del trabajo de hoy y del futuro.

—¿La autonomía municipal es otra de las oportunidades que da la reforma?

—Lo que pasa es que, por lo que uno percibe, la autonomía municipal le interesa con suerte a los rosarinos. Cuando planteás al tema de autonomía fuera de Rosario en general hay mucho prejuicio, mucho desconocimiento y temores. Creo que producto del desconocimiento. Yo soy crítico de cómo la ley de la necesidad de la reforma plantea el tema porque lo limita. Desde el mismo momento en el que habilita que los actuales concejales sean los que discutan la nueva carta orgánica del municipio.

—¿Y qué habría que hacer?

—Convocar a una elección de convencionales locales. Porque además, si la composición actual del Concejo es la que va a decidir los destinos de la ciudad de Rosario en las próximas décadas, mamita querida. No lo digo por su presidenta (María Eugenia Schmuck), no es una cuestión institucional. Pero la calidad del debate que se da hoy en el Concejo Municipal es lamentable. 

—¿De la posibilidad de habilitar la reelección de Pullaro qué piensa?

—No soy de los que piensan que esto se limita a resolver si Pullaro puede ser reelecto o no. La reelección es un problema de Pullaro y en definitiva hablar solo de eso es hacerle un favor a él. Lo que hay que hacer es hablar de todo el contenido de la reforma.

—¿Pero cuál es su postura sobre ese tema específico?

—Pienso que todos los cargos tienen que tener una sola reelección. 

—¿Y Pullaro tendría que estar alcanzado por eso o como dicen otros tendría que ser a partir del próximo gobernador?

—Es una cuestión puntal para debatir en la Convención, porque la Convención tiene que ser un lugar de acuerdos. Y es una cuestión política. Desde el punto de vista teórico es indiscutible el derecho de un gobernador a ser reelegido. Más cuando todos los cargos son reelegidos indefinidamente menos el del gobernador. Por la experiencia de gestión, si uno pasa por un Ejecutivo queda claro que Santa Fe necesita una reelección. Si yo analizo los gobiernos de Reutemann y Obeid, que fueron 8 años gobernadores pero de manera discontinua, veo que la política de uno y otro nunca tuvieron una continuidad. Eso no es bueno para la provincia. Lo mismo pasó en muchos aspectos con Binner, Bonfatti y Lifschitz, que supuestamente eran todos lo mismo. Ahora, ¿le corresponde a Pullaro este beneficio? Discútamoslo. Veamos a qué consenso llegamos. ¿Qué quiero decir con esto? Si Pullaro pretende que se avale su reelección haciendo la Constitución que él quiere, yo no estoy dispuesto a eso. Distinto es si se hace la Constitución que todos queremos. Yo estoy a favor de los acuerdos políticos. Los graves problemas que tiene la Argentina por la falta de acuerdo político. Por eso la Argentina está como está. Porque quizá el último acuerdo político que hubo en Argentina fue la reforma del 94.  ¿Pullaro tiene intenciones de su reelección solamente o quiere hacer, como dice mi eslogan de campaña, una superconstitución que es mi eslogan de campaña. ¿Quiere hacer una superconstitución? Bueno, si quiere hacer una superconstitución, nos sentamos y lo charlamos.

—¿Cuáles serían algunos puntos fundamentales de una "superconstitución"? 

—Nosotros tenemos una Constitución que cuando uno ve la redacción de sus derechos no están mal. Pero están muy desactualizados, es decir, tenemos muchos derechos que incorporar. Hay que agregar derechos de las mujeres, derecho de diversidades, derechos de niños, derecho de personas mayores, derecho de personas con discapacidad. Derechos de consumidor y usuario, derecho a ambiente, derechos digitales. Después, cuestiones vinculadas a derecho de la ciudad, a planificación urbana, los servicios públicos básicos como derecho humano, agua, saneamiento, electricidad. Por otro lado, lo que tiene que ver con las acciones, o sea, las garantías. Las acciones judiciales con las cuales yo puedo reivindicar los derechos. Estoy proponiendo en uno de los compromisos que esté la facultad de crear, como tiene en algunas provincias, un código procesal constitucional donde estén todas las acciones puestas en un código procesal constitucional, amparo, acción de clase, amparo colectivo, acciones colectivas, ley 10,.000, etcétera

—¿Y en lo referente al ejercicio del poder?

—Lo que en definitiva hay que hacer es un Estado más eficiente. Es decir, un Estado cercano, menos burocrático, que le facilite la vida a las personas. Por eso planteo Tribunales todo el año. No puede ser un juicio por alimentos se pare un mes porque hay feria judicial. El tiempo no para, la vida no para. El Estado lleva adelante políticas que se tienen que evaluar permanentemente. Tiene que haber planes estratégicos, control de los otros poderes, de la misma ciudadanía. Hay que transformar la administración pública en una administración pública que dé respuesta.

—¿Y eso cómo entra en un texto constitucional? 

—Entra. Porque es una decisión política y con la técnica vos redactás una oración que establezca eso. Por ejemplo, uno de los compromisos es con el Norte grande. ¿Por qué? Bueno, porque nosotros tenemos un Norte grande olvidado, que tiene la misma característica al resto de las provincias del Norte grande. Tiene que tener una protección mayor, tiene que tener una mayor inversión del Estado, porque si el Estado invierte en esos lugares, va a tener desarrollo. Y va a tener arraigo y la gente se va a poder quedar a vivir ahí. Entonces, ¿ves que forma parte de un plan de gobierno? Y de política a futuro.

—¿Está a favor de los instrumentos de democracia directa como el referéndum y la revocatoria de mandato?

—Absolutamente. Lo presenté siendo concejal. Pero hay que decir la verdad. Porque algunos plantean, desde el punto vista teórico, esos instrumentos como si fueran la panacea de la democracia directa, de la participación ciudadana, y eso es mentira. Porque le pusieron requisitos que son gravosos. Entonces, ojo con eso, porque después pareciera como que vamos a hacer el ágora griega y no pasa nada. Yo estoy de acuerdo, pero con requisitos mínimos para que no sea letra muerta.