A días del inicio del Cónclave que determinará quién será el sucesor del papa Francisco, un cardenal con una denuncia de abuso sexual reapareció en la Ciudad del Vaticano para participar en las reuniones de los cardenales, así como en las ceremonias de despedida a Francisco I, y provocó el repudio de distintos sectores de la Iglesia a nivel internacional.

Desde Estados Unidos, la ONG Bishop Accountability instó al Vaticano a prohibir la participación del cardenal Juan Luis Cipriani en el próximo cónclave. Este pedido se fundamenta en las denuncias de abuso sexual que pesan sobre el obispo peruano, quien ya enfrenta sanciones impuestas por el papa Francisco.

Anne Barrett, codirectora de la organización, expresó su preocupación en un comunicado oficial. Según Barrett, la entrada del cardenal a estos encuentros "envía un mensaje equivocado" sobre la postura de la Iglesia en torno a la pederastia, uno de los temas más críticos del pontificado de Francisco.

"La participación de Cipriani se burla de la declaración de los cardenales sobre la supuesta importancia del problema de los abusos", opinó.

Cipriani asistió a las reuniones de selección del nuevo Papa, adoptando el hábito cardenalicio, lo que generaría una violación de las restricciones impuestas por el propio pontífice tras conocer las denuncias hace seis años.

"Dadas las claras sanciones del papa, ¿por qué el Vaticano le permite ahora ayudar a planificar el próximo cónclave?", se preguntó Barrett.

Finalmente, en una rueda de prensa, Matteo Bruni, portavoz del Vaticano, ofreció pocas respuestas sobre la situación actual de Cipriani. Aunque no se brindaron detalles sobre las restricciones que enfrenta el cardenal, la inquietud por su participación sigue generando debate en el ámbito eclesiástico y entre las víctimas de abusos.