Este viernes al mediodía se llevó a cabo la esperada audiencia imputativa a Damián Reifenstuel, uno de los tres hombres que participaron del asesinato de Ivana Garcilazo en 2023. El juez del caso aceptó la imputación por el delito de homicidio agravado por la ley de espectáculos deportivos y dictó la prisión preventiva por el plazo de ley, o sea hasta el comienzo del juicio, previsto para dentro de 45 días. El fiscal del caso, Lisandro Artacho, explicó por qué no le cabe a Reifenstuel la pena de prisión perpetua, más allá de que podría encuadrarse en un crimen de odio. También dio detalles importantes que se ventilaron en la audiencia. 

Damián Reifenstuel siguió su imputación en forma virtual, vía Zoom desde la cárcel de Piñero, donde está alojado desde que fue extraditado de Bolivia, donde había escapado y donde trabajaba con una identidad falsa. Los familiares de Ivana Garcilazo, mientras tanto, organizaron una movida en la puerta del Centro de Justicia Penal para reclamar justicia. No pudieron cumplir el deseo de "mirarlo a la cara", como había pedido su hermana. 

Luego de la audiencia, el fiscal del caso, Lisandro Artacho, hizo declaraciones junto al fiscal regional Matías Merlo. Confirmó que el juez aprobó los cargos que se le imputan a Reifenstuel, que es el de homicidio agravado por la ley de espectáculos deportivos. Tiene una pena máxima en expectativa de 35 años de prisión

El Tribunal dispuso la prisión preventiva por el término de ley, esto es hasta que comience el juicio, previsto para dentro de 45 días. Además, se rechazó el pedido de la defensa de trasladar a Reifenstuel a una prisión más alejada de Rosario y de quitarle la categoría de detenido de alto perfil. De hecho, en la transmisión por Zoom se podía observar a Reifenstuel con el traje de color naranja que el gobierno provincial dispuso para este tipo de presos.  

"Esa cuestión ya había sido puesta en conocimiento y han definido que el lugar correcto para su detención es la cárcel de Piñero", respondió Artacho sobre la solicitud de la defensa del acusado. 

El fiscal ratificó que Reifenstuel "de Rosario se fue a San Nicolás, luego hacia Salta y de allí se tomó un remis hacia un paso fronterizo irregular hacia Bolivia. No quedó registrado el paso de Reifenstuel a Bolivia". Y confió que "en Samaipata -la pequeña localidad en la que se alojó- consiguió un trabajo, tenía un salario. Utilizó un nombre falso". 

Artacho también se refirió a un testimonio clave, que es el del taxista que llevó al imputado a su casa luego de haber cometido el crimen: "Reifenstuel estaba esperando un taxi, unos quince minutos después del hecho en el que resultó fallecida Ivana Garcilazo. El taxista que lo levantó aseguró que en ese momento Reifenstuel tenía una lata cerrada de cerveza y cuando pasaron dos hinchas de Central intentó arrojársela".  

Artacho explicó por qué Reifenstuel no puede recibir prisión perpetua por el delito que cometió: "Si bien a Ivana Garcilazo la mataron por pertenecer a una colectividad, que en este caso es la de Rosario Central, los crímenes de odio según el código internacional son los que se llevan a cabo por motivos raciales, religiosos o de género".  

"No puede encuadrarse en un crimen de odio, más allá de que tiene todas las características de haberlo sido, por lo tanto no podemos avanzar sobre un pedido de pena de prisión perpetua", continuó el fiscal. 

Por último, Artacho destacó el valor de aportar datos para esclarecer delitos: "La persona que aportó el dato de que Reifenstuel estaba en Bolivia ya cobró la recompensa. Esto es importante para motivar a más personas a entregar datos sobre personas buscadas", cerró.