Un derrame cerebral seguido de una insuficiencia cardíaca terminaron con la vida del papa Francisco, que falleció este lunes a sus 88 años, luego de haber atravesado un complejo cuadro de salud que, durante los últimos meses, se agudizó a punto tal que tuvo que permanecer internado durante 38 días a causa de una neumonía bilateral.
Jorge Bergoglio, que asumió como líder de la Iglesia Católica con 76 años en 2013 y falleció este lunes 21 de abril, lidió con intervenciones quirúrgicas, dolencias crónicas y dificultades de movilidad desde su juventud hasta sus últimos días, que incluso lo obligaron a tener que utilizar una silla de ruedas.
La muerte de Francisco también se vio afectada por otras dolencias, incluyendo un episodio previo de insuficiencia respiratoria aguda, hipertensión arterial y diabetes tipo II, según el comunicado que fue firmado por el director de la Dirección de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli.
El pontífice había sufrido varios problemas de salud a lo largo de los años, desde una neumonía –por la que le debieron extirpar parte de un pulmón cuando era joven– hasta una operación por diverticulitis en 2021 y una operación abdominal en 2023.
Durante su último año de vida tuvo varias internaciones hospitalarias. A principios de 2024, Francisco había ingresado en el hospital Isola Tiberina Gemelli Isola después de la audiencia general, donde le hicieron algunas pruebas diagnósticas.

El papa ingresó en una clínica de Roma a mediados de febrero de 2025 para someterse a pruebas por una infección de las vías respiratorias, y posteriormente se le diagnosticó una neumonía por la que quedó internado.
Luego, el santo padre alternó entre mejoras leves y cuadros respiratorios graves. El sábado 22 de febrero, la salud del pontífice se agravó tras sufrir una grave crisis asmática. El Vaticano indicó que estaba en estado "crítico" y permanecía con "pronóstico reservado". Para estabilizarlo fue necesaria la administración de oxígeno de alto flujo y transfusiones sanguíneas, dada la presencia de trombocitopenia, una disminución de las plaquetas, vinculada a un cuadro de anemia.
Pese a esta crisis, Francisco se mantuvo lúcido y orientado. De todas maneras, como consecuencia, fue sometido a dos broncoscopias para eliminar las secreciones y recibió ventilación mecánica no invasiva.
El 23 de marzo fue dado de alta y desde entonces hizo algunas apariciones públicas. La última fue este domingo 20 de abril, cuando impartió la tradicional bendición de Pascua desde el balcón de la basílica de San Pedro en el Vaticano.
Tras salir del hospital en marzo, el pontífice no pudo hablar durante largos periodos debido a sus dificultades respiratorias y se sometió a fisioterapia para recuperar la voz. También tenía dificultad para levantar los brazos y usaba una cánula nasal para recibir oxígeno.
Complicaciones durante su juventud
La primera gran crisis de salud que atravesó Bergoglio, ocurrió cuando tenía 21 años y estuvo al borde de la muerte debido a una pleuresía, una inflamación en los tejidos que recubren los pulmones. En su autobiografía Hope, el propio Papa relató que los médicos le descubrieron tres grandes quistes y debieron extirparle una parte del pulmón derecho, ya que en ese momento esos problemas de salud se trataban con intervenciones quirúrgicas debido a la escacez de antibioóticos. Francisco supo convivir mucho tiempo con un pinzamiento del nervio ciático, una afección nerviosa que provoca intensos dolores en la espalda, la cadera y las piernas. Durante su época como arzobispo de Buenos Aires, recurrió a tratamientos alternativos, como acupuntura china y masajes para aliviar el dolor de espalda. Ya como Papa, Francisco reveló en 2019 que se sometió a una cirugía para tratar las cataratas en sus ojos en la Clínica Pío XI, en Roma. También, el 4 de julio de 2021 surgió como sorpresa el anuncio de que iba a ser operado en el colón, intervención en la que se le extirparon 33 centímetros de intestino, para tratar una estenosis diverticular (un estrechamiento del intestino grueso). En junio de 2023, el papa fue sometido a una operación abdominal por una hernia incisional lacerada. Poco antes había estado hospitalizado por una infección respiratoria. Y durante los últimos años, ya como pontífice, a Francisco a menudo se lo vio con un bastón y a veces incluso utilizó una silla de ruedas debido a dolores en su rodilla derecha. El año pasado, canceló un viaje a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur después de que los médicos le dijeran que podría perderse también un viaje posterior a Canadá a menos que accediera a someterse a 20 días más de terapia y reposo para su rodilla. Finalmente viajó a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur en febrero. En diciembre de 2022, Francisco reveló en una entrevista con el medio español ABC que ya había firmado su carta de renuncia para ser utilizada en caso de que sufriera una "discapacidad". Bergoglio dijo que había escrito la carta hacía varios años y se la había entregado al entonces secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, quien renunció en 2013. "Ya he firmado mi renuncia. El secretario de Estado en ese momento era Tarcisio Bertone. Lo firmé y dije: «Si sufriera una discapacidad por razones médicas o lo que sea, aquí está mi renuncia»", dijo Francisco. "No sé a quién le entregó esa carta el cardenal Bertone, pero se la entregué cuando era secretario de Estado", dijo Francisco, y agregó que esta era la primera vez que hablaba públicamente sobre la existencia de la carta. En 2013, el predecesor inmediato de Francisco, el papa Benedicto XVI, tomó la decisión casi sin precedentes de renunciar a su cargo, citando la "edad avanzada" como la razón y sorprendiendo al mundo. Fue la primera vez que un papa renunciaba en casi 600 años. El último papa en dimitir fue Gregorio XII, quien en 1415 renunció para poner fin a una guerra civil dentro de la Iglesia en la que más de un hombre pretendía ser papa.
Además, sufrió una infección grave en la vesícula biliar a finales de los años 70 y, en 2004, tuvo un leve episodio cardíaco a raíz del estrechamiento de una arteria.
Carta de renuncia
Francisco dijo que los papas Pablo VI y Pío XII también habían redactado, durante sus pontificados, cartas de renuncia en caso de una discapacidad permanente.