Maximiliano Pullaro ganó de forma aplastante la elección de convencionales constituyentes y dejó a la alianza Unidos a las puertas de tener quórum y mayoría propia en la futura convención reformadora. Conseguir esos dos o tres votos que le faltan no será inconveniente para un oficialismo que este domingo 13 revalidó el amplio dominio de los principales resortes de poder institucional y territorial que conquistó hace solo 16 meses. 

Unidos tendrá el control casi total de la futura convención reformadora. Enfrente tendrá un pelotón de espacios opositores sin capacidad de bloquear sus iniciativas. Será más definitorio el debate interno entre radicales, socialistas y el PRO que entre oficialismo y oposición. 

Haber perdido por tanta diferencia y sin que ningún espacio llegue al 16% ubica al universo opositor en un lugar incómodo. Esto acarrea un escenario de cierto vacío. Al menos en esta elección no posicionó ninguna figura capaz de hacer sombra a Pullaro.

La oposición

 

Amalia Granata salvó la ropa, en una elección que era muy desafiante para su figura y su espacio. Una vez más fue efectiva en encarnar el voto anti, el de los enojados, a los que les habló durante toda la campaña. Le alcanzó para renovar su capital político y evitar que la irrupción de La Libertad Avanza la hunda en el tablero electoral. Se ratifica el concepto: desde su llegada a la política legislativa santafesina en 2019, Granata resultó hábil para sobrevivir pero incapaz de proyectarse como una figura que articule y lidere a un sector relevante de la oposición.

La misma conclusión cabe para el peronismo, que esta campaña de constituyente la transcurrió en su propia película interna e hizo una elección muy floja, a la que la fragmentación de listas hizo lucir más floja todavía.

El peronismo ratificó su mal momento. Salvo casos puntuales, entre ellos la revalidación de los cuatro senadores peronistas que lograron retener sus departamentos (Rubén Pirola en Las Colonias, Armando Traferri en San Lorenzo, Osvaldo Sosa en Vera y Alcides Calvo en Castellanos), el retroceso electoral se evidencia patente, aun siendo el partido más grande la provincia. Pullaro no perdió en ningún pueblo o ciudad de la provincia.

La caída del senador Marcelo Lewandowski (8%) salda la cuestión interna a favor de quienes apostaron por amucharse bajo el paraguas del Partido Justicialista y echar mano al líder de otra fuerza política como principal candidato. Una postal del domingo a la noche: hasta no hace mucho hubiera sido inimaginable que el peronismo esperara los resultado de una elección en la sede de un socio minoritario. La reconstrucción implica cometer algunos sacrilegios.

No se equivocaron aquellos que apostaron por la alianza con Ciudad Futura. De los 212 mil votos que obtuvo Más para Santa Fe, más de la mitad (111.000) fueron en el departamento Rosario, y 91 mil de ellos en la ciudad de Rosario, donde Monteverde hizo una gran elección.

Su candidatura a concejal paralela, en la que sacó más de 81 mil votos en una primaria con muchos competidores, confirma que los sufragios de Rosario son capital político del candidato, de su partido Ciudad Futura y de la alianza Rosario Sin Miedo.

Con esos datos, podría inferirse que sin Ciudad Futura y Monteverde, la perfomance del peronismo en general, en la provincia, hubiera sido más floja todavía. Una mención para Ciudad Futura, que tomó una decisión arriesgada al abrazarse al PJ provincial y en el primer test electoral salió airosa.

Ahora bien, si la elección le alcanzó al PJ para ratificar un rumbo de unidad a pesar de la pobre cosecha de votos, en contraposición a quienes, como Lewandowski o Roberto Sukerman, optaron por competir por afuera, el problema del liderazgo y de construir una figura electoral de alcance provincial sigue sin estar resuelto. Monteverde dejó claro el domingo a la noche que su objetivo para 2027 no es disputar la provincia sino la intendencia de Rosario, por la que viene batallando hace tiempo. 

Ahí radica un problema central para el peronismo santafesino. Acaba de hundir en una disputa interna a su último candidato a gobernador; con el exgobernador Perotti los puentes están dinamitados; y la figura que surge con capacidad de proyección es un extrapartidario que le ofrece dar la pelea de Rosario y no en la provincia. No suena a mal plan enfocarse en objetivos locales teniendo en cuenta que después del resultado electoral del domingo la posibilidad de reelección para Pullaro estará en la Constitución reformada. 

Así como Monteverde fijó rumbo a la intendencia para 2027, lo propio hizo la referente de La Libertad Avanza, la diputada Romina Diez, al postular a Juan Aleart como candidato a suceder a Pablo Javkin. Aleart hizo una muy buena elección en Rosario, se sentará en la convención reforma de la Constitución y fue el más votado en la categoría concejal, apenas encima de Monteverde.

Hay una cuestión muy interesante para lo que viene en Rosario, porque los votos que Monteverde y Aleart sacaron individualmente para el Concejo son más que la sumatoria de todos los candidatos de la interna de Unidos. De hecho más que duplicaron a la más votada del oficialismo, la funcionaria municipal Carolina Labayru.

Lo que esos números indican es que La Libertad Avanza ganó Rosario a costa de los votos de Unidos, a diferencia de lo que ocurrió en la provincia, donde el frente oficialista, en base a la estrategia electoral de la Casa Gris, fue muy efectiva en bloquear el avance libertario: LLA quedó tercera con solo 14 puntos de cosecha propia, 20 abajo de Pullaro y detrás de Juan Monteverde y el PJ.

La pésima estrategia electoral, que implicó esconder figuras más taquilleras, arrastró a todo el oficialismo, aun siendo la ciudad de la provincia donde el gobierno provincial tiene resultados concretos para exhibir en materia de seguridad, que era el principal interés de sus habitantes.

El gran riesgo que corría Unidos en esta elección era que ocurriera lo que pasó en Rosario: que la LLA le comiera el capital político que cosechó en 2023. De ahí el cuidado que el gobernador Pullaro puso a lo largo de todo este año y medio de gestión de no confrontar abiertamente con Milei, porque eso dividía a su propio electorado, que también vota al presidente en su mayoría. De hecho hasta lo ayudó en el Congreso en momentos críticos, lo que la Casa Rosada retribuyó sin interferencias nacionales en la campaña santafesina. 
Pullaro y Unidos siempre tuvieron en claro que lo que estaba en disputa en esta elección es el voto del centro a la derecha, y no el de centro a la izquierda, que no solo está fragmentado sino disminuido en términos de volumen y falto de conducción.

La amenaza para Unidos era LLA, por eso se escuchó a Pullaro asumir una agenda de temas y una narrativa muy afines a la época que abrió el presidente libertario, en algunos casos con cierta cuota de sobreactuación. Al final de la campaña las encuestas lo decían: en Santa Fe el que mejor representaba el voto de Milei era el propio Pullaro.

Las urnas también corroboraron ese escenario. Si se suman los porcentajes de Unidos (34%) y los de La Libertad Avanza (14%) hay un 48% de los votos. Pullaro en 2023 ganó con el 55%, pero entonces La Libertad Avanza y Amalia Granata no compitieron en la categoría gobernador, y sí lo hicieron en esta oportunidad para contituyentes.

En definitiva, la estrategia para bloquear el debut libertario resultó efectiva. En términos provinciales LLA quedó circunscripta a un alejado pelotón de opositores y en tercer lugar. Sí cosechó un puñado de resultados locales que compensan. Se quedó con dos departamentos (Belgrano y Rosario), tuvo el candidato más votado en las primarias de concejales de Rosario y la segunda en la capital provincial.


Participación a la baja

 

El dato significativo de la elección fue la baja participación electoral y la caída en el volumen de votos que experimentaron los principales frentes. Pullaro perdió más de 500 mil votos en relación al excepcional resultado que obtuvo en septiembre de 2023. Se explican por la menor cantidad de votantes, la irrupción de La Libertad Avanza que se llevó unos 200 mil, la pérdida propia por el desgaste que va generando la gestión y el hecho de que al ser una elección de perfil legislativo había más competidores entre los que repartir la torta de sufragios.

Amalia Granata consiguió el domingo la mitad de los votos que hace un año y medio. Y el peronismo, en relación a los 544 mil votos que obtuvo Lewandowski como candidato a gobernador en 2023, sacó 200 mil votos menos, aun sumando los de Monteverde y Roberto Sukerman.

Un último dato muy significativo de la dimensión que tiene la victoria de Pullaro y Unidos. Aun si La Libertad Avanza y Amalia Granata hubieran ido juntos como se intentó en algún momento, igual hubieran quedado lejos de Pullaro. Entre los dos espacios sumaron el 26% de los votos, contra el 34 del oficialismo. También la suma de las tres listas identificadas con el peronismo llegan al 26%. La victoria de Pullaro no tiene peros.