Un cuidacoches fue denunciado en las últimas horas por acoso y amenazas a una joven que trabaja en un comercio de bulevar Oroño al 1100, pero que además asegura haber sido hostigada por la misma persona cuando iba a la escuela Bernardino Rivadavia, ubicada en esa cuadra. Según relató la madre de la víctima, el sospechoso le dijo “agradecé que todavía está viva” en alusión a su hija. 

Elisa es la madre de Martina, la chica que denunció el acoso sufrido el martes, y expresó este miércoles en De 12 a 14 (El Tres) que ya hizo una presentación en la Justicia contra el cuidacoches, de nombre Damián. 

“Tiene la muy mala costumbre de acosar tanto a las chicas que van a la escuela como a las personas que pasa y que son vecinos. Ayer se acercaron y también le comentaron a la Policía que están cansados. Hay gente que lo ve y se cruza de vereda”, contó la mujer. 

Según el relato de la madre, el hombre la “hizo poner en una situación en la que estaba presa” porque entró al local y le hizo insinuaciones sexuales a ella y a otras compañeras. “Le hacía señas y se tocaba los genitales”, dijo.

“Sabe a la hora en la que llega el dueño y cuando se retira”, sostuvo y agegó que “el acoso es directamente sobre ella dentro del local”.

“Mi hija llamó, sin cortar el teléfono me crucé todo Rosario para ir, la encontré escondida, fuera del lugar del trabajo, temblando y ahogada. Él pasó el límite”, denunció Elisa, quien luego de hablar con su hija tuvo un intercambio de palabras con el cuidacoches. 

“Da gracias que todavía está viva, agradecé que no le hice nada”, expresó que le dijo el sospechoso cuando lo fue a buscar. Además, en ese momento, no está claro si por algún forcejeo o agresión, la mujer resultó con lesiones en una mano. 

Dijo también que en su momento la escuela Rivadavia había tomado medidas para evitar este tipo de situaciones en el ingreso al establecimiento, pero explicó que tienen limitaciones en lo que respecta al uso del espacio público como es la vereda.

De acuerdo a la denuncia de la mujer, gente que estaba en el lugar llamó a la Policía, pero el sospechoso al notar esa situación escapó tras subirse a un colectivo del transporte urbano de pasajeros. 

Por otro lado, la madre de la víctima aclaró que su reclamo no es “contra los trapitos” porque “merecen tener la oportunidad de trabajar”, pero explicó que “otra cosa es agredir y excederse en la vía pública, ser violento como fue”.