El féretro del papa Francisco fue sellado en la noche del último viernes en Roma en el Altar de las Confesiones de la Basílica de San Pedro. El rito de clausura del ataúd fue presidido por el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell (a cargo de la Iglesia Católica hasta la elección próximo pontífice).

El maestro de las Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, leyó el acta, que se colocó en el féretro Además de quienes debían estar presentes, en la ceremonia también estuvieron varios familiares de Jorge Bergoglio. En la misma, se leyó el “rogito”, un acta con su vida y obra, dio inicio a las 20 (hora local) de forma privada, después de que se cerrara al público la capilla ardiente.

En tanto que en la mañana de este sábado tuvo lugar el funeral del pontífice argentino en la Plaza de San Pedro del Vaticano. Posteriormente, comenzó el traslado del féretro en cortejo fúnebre a la basílica de Santa María la Mayor, donde recibirá sepultura.

En la ceremonia, celebrada en estricta privacidad, tras un rezo en silencio y una oración adicional del celebrante, el maestro de ceremonias coloca un velo de seda blanca sobre el rostro del Papa fallecido, y el celebrante rocía el cuerpo con agua bendita, detalla la agencia EFE.

Posteriormente, el maestro coloca en el ataúd la bolsa con las monedas y medallas acuñadas durante el pontificado y el tubo con el acta o “rogito”, después de haber sellado el documento con el sello de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas.

A continuación, se coloca la tapa de zinc del ataúd, sobre la cual se encuentran la cruz, el escudo del papa fallecido y la placa con su nombre, la duración de su vida y de su papado.

El ataúd se sella y se imprimen los sellos del cardenal camarlengo, de la Prefectura de la Casa Pontificia, de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias y del Capítulo Vaticano. Finalmente, se cierra el féretro de madera, cuya tapa tiene la cruz y el escudo del Papa fallecido.