Ante miles de fieles y líderes políticos de todo el mundo, el papa Francisco tuvo su funeral en la plaza San Pedro. La misa estuvo a cargo del italiano Giovanni Battista Re y ahora los restos del sumo pontífice ya descansan en la basílica de Santa María la Mayor, tras una caravana de seis kilómetros por el corazón de Roma, acompañado por una importante cantidad de personas.
Cerca de las 5 de la mañana (hora Argentina), comenzó la celebración de la misa con la salida a la plaza de San Pedro del féretro que contiene el cuerpo del papa Argentino. Según la estimación que hicieron desde el vaticano, cerca de 250 mil personas estuvieron presentes durante la ceremonia.
En la plaza había unos 50 jefes de Estado, 10 monarcas y más de 130 delegaciones extranjeras entre las que estaban la comitiva Argentina, encabezada por Javier Milei, la de los Estados Unidos con la presencia de Donald Trump y la de Brasil que contó también con la presencia de Lula da Silva.
Francisco fue “un papa cercano a la gente, con el corazón abierto a todos”, destacó durante su homilía en la misa, el cardenal decano Giovanni Battista Re. Además, también recordó la última imagen en público del Papa que fue el pasado domingo de Pascua. “A pesar de los graves problemas de salud, quiso impartirnos la bendición desde el balcón de la Basílica de San Pedro y luego bajó a esta plaza para saludar desde el papamóvil descubierto a toda la gran multitud reunida para la Misa de Pascua”, sostuvo.
Pasadas las 7 de la mañana, 12 del mediodía en Roma, el cuerpo de Francisco volvió a ingresar a la basílica de San Pedro y de ahí se preparó para el traslado hasta el lugar del entierro.
El féretro recorri. seis kilómetros por las calles de Roma, pasando frente al Coliseo y los Foros Imperiales, siguiendo en parte el antiguo trazado de la Vía Papalis. A lo largo del camino se estima que hubo unas 150 mil personas que se acercaron a las vallas para darle un último adiós al Obispo de Roma.
Una vez llegado el cortejo a la basílica de Santa María la Mayor, el entierro se realizó a puertas cerradas.
