Carlos “Charly” Colombini (39), rosarino que cumple el tramo final de una condena firme de 6 años de prisión por narcotráfico, fue imputado este viernes bajo acusación de lavar activos de origen ilícito junto a su círculo íntimo. El patrimonio del narco devenido “empresario”, que supo integrar la banda del célebre Ignacio “Ojito” Actis Caporale y del excomisario Alejandro Druetta, es objeto de una pesquisa por parte de la Fiscalía federal de Rosario, que esta semana intensificó las medidas tras un año y medio de investigaciones.

El miércoles, personal de Gendarmería allanó ocho domicilios vinculados con Colombini: Balcarce al 100 bis, donde el principal investigado reside junto con su pareja, una abogada de 36 años también investigada; un galpón de Rueda al 3600; el galpón de la firma del rubro plásticos CyL ubicado en las afueras de Alvear; un estudio jurídico de Montevideo al 2000, propiedad de la pareja de Colombini; un lavadero de autos de Pellegrini al 5800 y Liniers al 900 de Granadero Baigorria, donde reside un tal “Popi”, que sería chofer de Colombini. También, GNA visitó un banco Galicia del centro en busca del contenido de una caja de seguridad.

Según fuentes judiciales, la información que puso a Colombini otra vez en el radar llegó a los investigadores por parte de un “buche” de la División Antidrogas de la Policía Federal, que aseguró que el investigado había montado una cocina de cocaína en una finca rural de la localidad de Alvear: "Ideal para delinquir ya que si los investigan, esta gente ya se da cuenta apenas entrás al camino".

Según la versión del informante, Colombini, que había accedido a salidas transitorias desde fines de 2023, tenía “arreglo” con algunos policías provinciales; y por ese camino rural era común “personas que van y vienen de la casa, autos de alta gama, y camiones cargados con barriles o bidones que se encuentran vacíos al egresar del lugar”.

El avance de la investigación, con intervenciones telefónicas, deparó jugosas escuchas con relación a posibles maniobras de transporte de drogas y de lavado de activos. De manera insólita, un convicto por narcotráfico como Colombini y su círculo se comunicaban por línea telefónica convencional, fácilmente interceptable.

En uno de esos pasajes, el convicto mencionó un problema para abrir una cuenta bancaria relacionado con un alerta de la Unidad de Información Financiera (UIF): “Si estos siguen rompiéndome las pelotas, [en] cuatro, cinco años vendo todo y me voy a vivir a Italia. Si yo tengo plata para vivir en paz toda mi vida, no sé qué estoy haciendo".

Sin embargo, el miércoles el personal de GNA no halló droga alguna en los seis allanamientos.

Entonces, la imputación por tráfico de drogas pasó a un segundo plano. Este viernes, ante el juez de Garantías Marcelo Bailaque, el fiscal de Delitos Complejos Matías Scilabra le achacó a Colombini, a su pareja Damaris S. y a dos parientes sindicados como testaferros el delito de lavado de activos.

En la imputación, la Fiscalía puso sobre el tapete “el posible origen ilícito de los fondos” inyectados a la firma CyL y “el gran poder adquisitivo de Colombini, el cual no se condice con los ingresos que podría haber obtenido de forma lícita”.

Al término, el juez Bailaque resolvió dictar la libertad para los acusados.

Ojito y Charly

Colombini fue condenado en 2021, luego de un largo proceso judicial iniciado en 2012, a 6 años de prisión, aunque al momento de la sentencia gran parte de esa pena ya la había purgado en prisión preventiva. Su nombre estuvo ligado al narco Ojito Caporale. Y este, a su vez, con el comisario Druetta, de quien oficiaba como una suerte de socio e informante.

El apellido de un entonces veinteañero Actis Caporale apareció en los tribunales el 9 de noviembre del 2011. Esa tarde, en un megaoperativo federal fue desbaratada la banda de la transera mayorista Norma “La Tía” López, que manejaba una decena de búnkeres de droga en la zona norte de Rosario.

A través de las escuchas, se estableció que el proveedor de La Tía era Ojito, un joven de clase media que comenzó su carrera en el mundo criminal como un dealer minorista de marihuana y éxtasis en el centro.

Colombini cayó preso el 26 de septiembre de 2012 junto al grueso de la banda de Ojito Caporale y fue procesado por tenencia de estupefacientes para su comercialización. Caporale, por su parte, fue detenido cuatro años más tarde, en diciembre de 2016, en el autódromo porteño Juan Gálvez cuando estaba a punto de participar de una competencia bajo el seudónimo de Alex Acqua.

El 11 de marzo de 2021, el Tribunal Oral Federal N° 3 de Rosario condenó a Caporale a 9 años y 6 meses de prisión como organizador de la actividad de tráfico de estupefacientes. Como coautores, condenó a Leandro Sebastián Cano, Daniel Leandro Illanes, Carlos Edgardo Colombini y Ramón Emiliano Palamedi, a quienes impuso penas de entre seis y seis años y medio de prisión.

También condenó a Juan Ángel "Tiburón" Delmastro y a Alejandro Miguel Druetta como partícipes necesarios, agravado en su caso por su condición de funcionarios públicos. A ellos les impuso penas de prisión de 7 y 10 años, multas e inhabilitación absoluta y especial.

El 21 de marzo de 2022, la Justicia federal concedió a "Ojitos" Actis Caporale la libertad condicional al considerar los casi seis años que estuvo en prisión preventiva y por lograr los beneficios educativos luego de que aprobara una treintena de cursos.

Ojito estuvo libre hasta el 29 de marzo de 2023, cuando volvió tras las rejas por estar sindicado como líder de una banda que intentó traficar cocaína disimulada en encomiendas a España. La causa se inició el 12 de diciembre de 2022, cuando los pesquisas incautaron la chopera que había sido despachada por la empresa DHL, de la sucursal de Córdoba 5011 de la ciudad de Buenos Aires, y tenía como destino Pamplona, España.