Las Naciones Unidas designaron al 21 de abril como el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación, con la finalidad de tomar conciencia del rol clave que cumple la creatividad en el desarrollo humano. El significado de la palabra creatividad se abre a una amplia interpretación, pasando desde la expresión más artística hasta la resolución de problemas en contextos socioeconómicos.
"La creatividad muestra quiénes somos y qué tiene valor para nosotros. Contribuye a crear una rica mezcla de culturas y apoya el crecimiento social y económico. A raíz de la Convención de 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) contribuye a que los países refuercen sus industrias creativas y fomenten la libertad artística", detallaron desde la web de Naciones Unidas.

En pos de conquistar la propia creatividad, expertos recomiendan seguir este decálogo:
-Cambiar el entorno: Es clave, cada tanto, intentar cambiar de lugar para realizar las tareas. Por ejemplo, trabajar en una cafetería, reorganizar el propio escritorio, o buscar renovar de alguna forma el propio espacio. Ubicarse en lo novedoso también genera nuevos estímulos y nuevas ideas.
-Llevar una libreta constantemente: Las ideas llegan cuando menos se esperan. Por eso es clave tener dónde anotarlas, y muchas veces la tecnología no contribuye (poca batería, poco espacio de almacenamiento).

-Jugar a hacer asociaciones locas: Intentar conectar ideas que no tienen nada que ver. ¿Qué tiene en común un globo y una montaña? La creatividad vive en lo inesperado.
-Practicar el “tiempo sin juicio”: Durante 10 minutos, escribir o dibujar lo primero que se venga a la mente, sin corregir ni juzgar.
-Consumir contenido diferente: Leer géneros distintos, mirar documentales que normalmente no llamarían la atención, escuchar música de otros países. Esto es salir de la propia zona de confort mental.
-Hacer preguntas raras: En vez de pensar “¿qué puedo hacer?”, intentar formular la pregunta “¿qué pasaría si…?” Este cambio de enfoque estimula el pensamiento lateral.
-Jugar a ser otra persona: Ponerse en los zapatos de un personaje ficticio o alguien famoso. ¿Cómo resolverían ellos un problema? Esto obliga a pensar diferente.
-Recombinar ideas: Tomar dos ideas antiguas propias y combinarlas de una manera nueva. Es como hacer un “collage mental”.
-Hacer pausas activas: Moverse, meditar o simplemente tomar aire fresco puede “resetear” la mente y abrir espacio para nuevas conexiones.

-No temer repetir: Volver a intentar algo de otra forma es parte del proceso creativo. A veces la primera idea no es la mejor… ¡pero lleva a la buena!