Si bien en adultos el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común en el mundo, luego del Alzheimer; existen casos en donde esta patología afecta a niños y adolescentes. A escala global la incidencia se sitúa en torno a los 0,8 casos por 100.000, pudiendo afectar desde a un recién nacido a menores de edad escolar y adolescentes.
Parkinson en la infancia
Entre los síntomas más comunes se encuentra la falta de movimientos espontáneos, de expresividad en la cara, hipotonía (disminución anormal del tono muscular), retraso en el desarrollo (por ejemplo comenzar a sentarse o caminar tarde).
En el adulto también los movimientos son lentos, hay temblor en reposo y rigidez del cuerpo, pero es frecuente que todos esos síntomas se produzcan a la vez. “En el niño no es así, suele ser un parkinsonismo incompleto”, señalaron desde la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP).
Asimismo, otros síntomas de alarma que pueden generar sospechas son temblores en las manos de los bebés, movimientos oculares extraños, a la vez que fluctúen los síntomas con el correr de las horas (por ejemplo, aparecen señales en un momento del día pero luego desaparecen).
Cuando la enfermedad se manifiesta en edad escolar o en la adolescencia se caracteriza porque el menor “empieza a ser más torpe” en el movimiento, sufre más tropiezos, caídas, en general dificultades motrices que hace que sea menos autónomo. A raíz de que los síntomas son “tan inespecíficos” suelen provocar un retraso en el diagnóstico del Parkinson infantil “y también muchos errores”. De hecho, cuando un bebé se mueve poco suele pensarse en otras enfermedades musculares.
Las causas del Parkinson en edades tempranas
A diferencia de los adultos, cuya causa se vincula más a una reducción gradual de la capacidad del cerebro para producir dopamina siendo una enfermedad esporádica, no genética; en menores el origen sí es genético. Además, se trata de una patología que generalmente va acompañada de otra de base.
“Esta es otra diferencia que hay con el adulto, que el parkinsonismo en niños rara vez viene aislado, o sea, es muy poco probable que solo tenga signos de esa enfermedad”, señalan los expertos. Suele tratarse de enfermedades "muy raras", como aquellas que provocan defectos en los neurotransmisores.
No funciona la maquinaria de la dopamina
En los casos adultos, la neurona muere. En cambio, en los menores la maquinaria que produce la neurona, la dopamina, se encuentra estropeada por un defecto genético. En estos casos es clave comenzar el tratamiento cuanto antes para evitar una discapacidad.
“En la infancia es muy difícil de detectar, porque los síntomas se solapan y confunden, entonces puede ser que al médico le cueste identificar la enfermedad y que además lo diagnostique de otra cosa que sea mucho más común y que no tenga tratamiento como una parálisis cerebral y entonces queda mal diagnosticado y no recibe el tratamiento apropiado”, indicaron.
Asimismo, existen otras enfermedades que conviven con el Parkinson que no debutan tan pronto, no son del neurodesarrollo sino que son mitocondriales o lisosomales, entre otras, y que causan que las neuronas dejen de funcionar bien y empiecen “a morirse”. En este caso, la medicación con dopamina, que sí se administra cuando el motivo es la no producción de este neurotransmisor, empieza a no funcionar, con lo que hay que pautar una terapia personalizada y son los mismos fármacos que se utilizan en los adultos pero en distintas dosis.
Cuando la causa no es genética
En casos muy raros, el Parkinson en la adolescencia o infancia puede estar causado por una enfermedad bacteriana o viral sobrevenida: “Lo más frecuente es el enterovirus 71 (el que causa el denominado ´boca-mano-pie’). Y de bacterias hay una que se llama micoplasma que da síntomas como cuadro catarral o bronquitis y a veces puede afectar al sistema nervioso central y producir síntomas de parkinsonismo”, afirmaron.
En cualquier caso y ante sospechas, los expertos recomiendan no retrasar las consultas con neuropediatras para arribar a un diagnóstico temprano.
Fuente: EFE.